Henning Müller-Lutz - Su asesor con corazón y mente.

Me fascinan los ordenadores desde que era niña. La primera «optimización de procesos» fue hace mucho tiempo. Por aquel entonces yo tenía 12 años y se me permitió utilizar el sistema informático de papá para organizar una encuesta entre los estudiantes y registrar los resultados.

Unos años más tarde -la era del PC acababa de empezar- fueron las pequeñas y medianas empresas cuyos procesos empresariales pude optimizar mediante redes personalizadas y aplicaciones desarrolladas individualmente.

Aún recuerdo bien una situación cuando tenía 30 años: Me hablaron del inmenso esfuerzo que había que realizar para combinar manualmente los datos almacenados de forma descentralizada con el fin de determinar las cifras clave necesarias para el nivel directivo.

La automatización de la recuperación y agregación de datos ha ahorrado varios miles de días-persona de trabajo al mes. Esto fue posible gracias a una comprensión común de los procesos y a la selección de los componentes tecnológicos adecuados.

Unos años más tarde, la gestión de un subproyecto extremadamente difícil me llevó al límite de mi resistencia. En pocos días, mi agenda y mi buzón estaban llenos a reventar y al principio fui incapaz de responder a las expectativas puestas en mí.

Esto sólo cambió cuando pude conocer a fondo la «energía» de este proyecto y reconocí las verdaderas causas de los problemas: objetivos poco transparentes y falta de aprecio. Esto me permitió fijar mis propios objetivos y, en lo sucesivo, alinear mis actividades de liderazgo con dichos objetivos. De este modo, mi equipo y yo pudimos contribuir significativamente al éxito del proyecto en su conjunto.

De lo que me doy cuenta hoy es de que muchas empresas medianas están abrumadas por la abundancia y la complejidad de los productos y servicios de TI. El resultado suele ser que los costes de TI son demasiado elevados, con un soporte menos que óptimo para los procesos de la empresa. Ayudo a mis clientes a optimizar los procesos, seleccionar la tecnología óptima y completar las tareas arquitectónicas pendientes.

Estoy aquí para ayudar a las medianas empresas y a las organizaciones sin ánimo de lucro a responder a los retos de un mundo que cambia rápidamente. Porque estoy profundamente convencida de que la tecnología utilizada con moderación hace de este mundo un lugar mejor, cuando las personas están en el centro de todo lo que hacemos.